top of page

HISTORIA Y CONTEXTO ACTUAL
DE LOS OLIVOS EN MÉXICO

En 1524 los primeros olivos fueron traídos a México por los españoles y en 1531 se establecieron las primeras plantaciones en los alrededores de la actual Ciudad de México y el lago de Texcoco.

Pronto los olivos se expandieron por el país e importantes olivares se establecieron en el Estado de México, Jalisco, Baja California y Sonora. Se desarrolló una próspera industria olivarera, la calidad del aceite mexicano era tan codiciada que se exportaba a España.

A pesar, de que el mediterráneo cuenta con buen un clima para el cultivo, en invierno y verano las temperaturas son extremas y para sobrevivir estos periodos los olivos entran en un estado de hibernación donde la producción de follaje y fruto se detiene. En el centro de México las temperaturas son afables a lo largo del año y éstos no necesitan detener su desarrollo normal. Por esta razón, los olivares de la Nueva España eran más rentables que sus pares españoles.

Esta situación llegó a poner en riesgo a los productores españoles y en 1774 el rey Carlos III expidió la “Cédula Real”, que prohibía la expansión de esta industria en la Nueva España. Tres años después expidió una nueva cédula ordenando la tala de todos los olivos.

Cuando los españoles se marcharon, también se fueron los principales consumidores del aceite y las aceitunas, además, la exportación a España se volvió imposible por la enemistad entre las dos naciones.

A pesar de que, hubo una gran producción de aceite y aceitunas durante la Colonia, estos ingredientes no se consolidaron dentro de la cocina mexicana y los olivos desaparecieron del paisaje de México.

En 1975 el gobierno mexicano realizó un estudio diagnóstico para la reintroducción de los olivares y llevó a cabo un pequeño programa para la distribución de olivos entre algunos ejidatarios.

Desde hace décadas, académicos mexicanos y extranjeros apoyan la hipótesis de que, el potencial de la olivicultura está siendo desaprovechado.

Afortunadamente, en los últimos años ha aumentado la curiosidad entre los agricultores y los inversionistas, pero persisten los mitos de que, solo en el norte de México es posible cultivarlo, y de que, solo en el Mediterráneo es posible producir aceite de calidad.

Actualmente existe una creciente demanda global por el aceite de oliva, impulsada principalmente por la popularidad de la comida mediterránea.

 

La exportación de los productos agrícolas, es posible gracias a la infraestructura y los tratados comerciales con otros países. Estados Unidos, por ejemplo, es uno de los mayores consumidores del mundo y el apetito por el aceite de oliva en este país sigue creciendo cada año.

bottom of page